El ícono representa una nota musical en referencia al compositor Felipe Villanueva. La estación se encuentra en la intersección de la calle Felipe Villanueva y el Eje Central Lázaro Cárdenas.
Todas las calles de la Colonia Peralvillo llevan nombres de músicos mexicanos y extranjeros. La colonia establecida a finales del siglo XIX, al fraccionar los terrenos al norte de Tepito. A principios del siglo XX, con los trabajos de urbanización listos se comenzó a habitar la zona. Se dice que el nombre d ela colonia hace referencia a un poblado de la Mancha (en España) llamada Peralvillo.
Felipe de Jesús Villanueva Gutiérrez fue un violinista, pianista y compositor mexicano. Es una de las figuras más conocidas del romanticismo musical mexicano, que floreció durante el porfiriato. A los diez años de edad escribió su Cantata patriótica, para piano y cuatro voces; un año más tarde compuso su mazurca para piano El último adiós. En 1873 ingresó al Conservatorio Nacional de Música bajo la protección del director del plantel, Alfredo Bablot. Sin embargo fue rechazado más tarde por el plantel, de manera que debió costear sus estudios de piano y armonía en clases privadas con el maestro Antonio Valle.
En 1876, a los catorce años de edad, ingresó como violinista a la orquesta del Teatro Hidalgo dirigida por José C. Camacho, de quien recibió lecciones de composición. En 1879 la empresa internacional Wagner y Levien Sucs. publicó sus piezas para piano La erupción del Peñol y La llegada del ciclón, que lo dieron a conocer entre el público mexicano.
En 1887 fundó, junto con Ricardo Castro, Gustavo E. Campa y otros músicos mexicanos, el Instituto Musical, academia oficial del Grupo de los Seis, que transformó la enseñanza musical de México con una contribución fundamental de Villanueva, quien difundió obras de Johann Sebastian Bach, Frédéric Chopin, Franz Liszt y Antón Rubinstein.
Aunque falleció prematuramente en 1893 a la edad de 31 años, dejó numerosas obras para piano, para canto y piano, y la ópera cómica Keofar (1892), que se estrenó en el Teatro Principal de la Ciudad de México, con mucho éxito. Su Vals poético se conoce tanto en su versión para piano solo como en el arreglo sinfónico que de él hizo Gustavo E. Campa. Su obra para piano ha sido grabada por varios concertistas mexicanos. Sus restos mortales fueron trasladados en 1945 a la Rotonda de las Personas Ilustres de la Ciudad de México.
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